sábado, 19 de septiembre de 2015

Necesito.

Campanillas resuenan, ya nadie las toca.
Sueles aparecer en suaves destellos de silencio, yo suelo extrañarte en tardes húmedas; en las que algunas hojas mantienen gotas de lluvia helada.
Necesito un abrazo, de esos largos que suelen durar minutos, de esos fuertes que se sienten en el costado, hacen arder las costillas, de esos que inundan los ojos de lagrimas y anegan el alma de esperanza.
Sueles venir de vez en cuando, como una brisa suave que golpea el rostro y alborota el cabello, sueles irte de la misma manera.
Necesito una sonrisa, de esas que mientras las observo no se cansan de estar ahí, no me importa si no son tus labios, sonrisa que no escatime en tiempo, y simplemente goce el estar ahí, el ser observada...
Suelo caminar entre charcos, apretar las manos dentro de los bolsillos, buscando calor. Suelo observarte en lo gris, y descubrirte entre las nubes.
Necesito un poco de conversación,  palabras de voces suaves y roncas, de voces que apenas despiertan, palabras alentadoras dichas con paciencia, de las que juegan y escapan de la soledad.
Solías apartar tu vista del color, hacías berrinches del calor; Yo suelo recordarlos sentado en mi cama, con la cara hundida en la almohada.
Necesito canciones cálidas, no importa que me recuerden a ti; innumerables versos que escritos en papel, danzan entre melodías orgullosas de llevar tu rostro.
Suelo marearme en recuerdos que ahora están vacíos, no llevan la importancia de hace días. Suelo negar el pasado y sonreír de manera exagerada.
Necesito una taza de café, de ese que hacen a las 6am, que viene cargado de nostalgia, que saben a gloria y explican el alba.
Suelo sentirme agotado de ti, se que sueles hacerlo también. Suelo buscar el punto que daría final a esto.
Necesito aceptar que ya no te necesito.
Campanillas suenan, entre tanto, no se quien las toca.


sábado, 30 de mayo de 2015

Frases Inconclusas.

Bajo nubes grises y gotas frías; botas de caucho, paraguas y melancolía...

     Expresando menos de lo que quiero pero mas de lo que puedo; camino entre un aguacero, repitiendo frases inconclusas.
     Cielo gris y mucha neblina, chapoteo al caminar; evitando calles anegadas pues justamente no ayudan en nada.
     Pensando en ti, pensando en nosotros; veo bajo hojas plumas emparamadas.
     Esquivando charcos, y buscando lo seco, imposible se hace no olvidar mi objetivo  y justo aquí me refiero a ti.
     Borrarte; ¿como puedo?, y ¿como podría?, tal vez no en el mismo tiempo, tu grafito es oscuro y yo uso papel cebolla.
     Y si por referirme a ti muero, espero sea solo por fuera. La sensación de estas gotas arrebatan mi todo y mi ser se ahoga en lágrimas.
     Creando un mar de sentir, me disculpo, lo siento, pues no es lo mio aguantar. Despejar el cielo, como quise, no, no pudo ser así; me encanta este tono oscuro, esta sensación dentro y fuera: el frió.
     Hoy no estuviste, ayer tampoco, se perdió entre truenos tu voz, ¡Ups!, creo que el viento la arrastró.
     Que importante se volvió para mi, encerrado entre abrigos solo un olor. ¿El calor? Aquí, me vuelvo a referir a ti.
      Olvidé el sentimiento, lo intento recordar, ¿como se llamaba? Se parecía a esta lluvia. Tú podrías ayudar.
      Las manos ya tiemblan, -¿Las tuyas o las mías?- que raro, no es por el frío; parece gustarme.
      Quiero encerrarme, pero aquí, justo donde te siento, lejos de mi, tanto peso me estorba... -junto mis manos- creo que recuerdo, no era frío, era cálido, si, lo era.
      ¿Si mirara hacia arriba? Me llenara la cara de agua helada.
      Hay gotas que escapan y caen justo ahí; donde no quiero que lo hagan.
      Me tildo de egoísta, ¿Que día es hoy? Tengo ocho días contados desde que estuviste tan cerca... Es un charco inevitable. No logro saltar hasta el otro extremo.
      Pies mojados, pies fríos. La lluvia hizo de las suyas.
      Me nublan el sentir, me aparto de las nubes, escapo de lo gris... Cinco metros, Oh, lo extraño, necesito. Regreso. Lo siento, comprendo y sonrío. Creo que recuerdo, no era gris, era de muchos colores, lo era.
      Pienso -(Nada)- Aquí, de nuevo me refiero a ti.
      No hay nada que hacer, -agradezco-, ya estoy lleno de ti, hasta mis pies lo están. Que bien, me agrada.
      ¡Plof! Se cierra el paraguas, encontré un techo; esquivo la lluvia, ahora solo la veo. Me siento triste sin ella, espero que sienta lo mismo sin mi. ¿Es mucho pedir?
      El calor vuelve, eres tú, de nuevo aquí. Sí, lo esta, pero lo gris se mantiene. Tal vez sea así todo el tiempo. Esta bien, es suficiente, me gusta así.
     Que mediocre. Me emparame, ahora me siento. Lo soporto, aguanto y sonrío. Me hace feliz. ¿Como se llamaba? Creo que lo se, es satisfactorio. No, no era nada como esta lluvia.
      Lo sabes, ¿No? Lo tienes en la punta de tu lengua. Esta bien, no lo digas. La lluvia se detiene ahora, lo azul y el calor viene pronto.
     Ya viene, podre recordar,¿Amor tal vez? Jeh, estoy casi seguro...
Sonrío,
           Estoy Feliz... Me hace feliz.